- Por Wladimyr Valdivia W.
- 26/01/2017

EE.UU., 2016, 111 min.
Título original: Moonlight.
Dirección: Barry Jenkins.
Guion: Barry Jenkins. Historia: Tarell Alvin McCraney.
Elenco: Trevante Rhodes, Naomie Harris, Mahershala Ali, Ashton Sanders, André Holland, Alex R. Hibbert, Janelle Monáe, Jharrel Jerome, Shariff Earp.
El año 2008, Barry Jenkins se hacía un nombre tras el estreno de su primer largometraje, ‘Medicine for Melancholy’, nominada en los Gotham y los Independent Spirit Awards, donde ya daba pistas de tener una capacidad innata para contar historias potentes con muy pocos recursos, haciendo uso de los diálogos, las miradas y una cámara intensa desde la emocionalidad. Hoy es ‘Moonlight’, apenas su segundo trabajo, el que lo consagra.
Dividida en tres partes (“Little”, “Chiron” y “Black”), la cinta recorre la vida de Chiron, un afroamericano que reside en los suburbios en Miami, en una época donde los carteles de drogas proliferaban y temas como el racismo, la sexualidad y el maltrato eran motivos de duros conflictos sociales en los barrios. Cada etapa es un período en la vida de Chiron: el niño víctima de maltrato escolar (Little), el adolescente que descubre su homosexualidad y debe convivir con las adicciones de su madre (Chiron), y el ya adulto joven convertido en un importante líder de la droga (Black). Un camino que, entre el sufrimiento y las ganas de volverse a levantar, lo recorremos junto a Chiron en 111 minutos, en lo que sea probablemente, un de las películas más potentes del año.
El director es capaz de meternos en la piel de Chiron y hacernos sentir el dolor de una vida injusta para un niño, ilustrativa para un adolescente, y comprimida en fragmentos rotos para un adulto. Esto, junto al trabajo de tres actores, como el pequeño Alex R. Hibbert, Ashton Sanders (‘Straight Outta Compton’) y Trevante Rhodes (‘Westworld’), quienes interpretan a Chiron en las distinta etapas de su vida, engrandecen la cinta y la elevan al punto de obra maestra del cine. Sin caer en concesiones ni melodramas facilistas, ‘Moonlight’ nos introduce en temas como la violencia infantil, el despertar sexual, la homosexualidad o el poder de la amistad, con la simpleza de un relato natural pero crudo, con una cámara que brota genialidad en sus tiempos y momentos y que, a pesar de sus miradas y silencios, no nos da respiro.

Cuando el pequeño Chiron, víctima del acoso infantil, arrancaba de un grupo de compañeros violentos, conoció a Juan (Mahershala Ali), quien le tendió una mano. Ese día, Chiron entendió que la bondad existe y que sólo dependía de él para poder salir adelante. La marginalidad con la que Chiron convive lo obliga a buscar caminos, y es esa hostilidad la que como espectadores también sentimos, para entender la vida de él y de tantos que crecen en medio de una guerra social controlada por las armas, la droga y la violencia.
El trabajo de los secundarios es fundamental para llevar adelante la cinta. Tanto Mahershala Ali (‘Luke Cage’) como Naomie Harris (‘Spectre 007’) y Janelle Monáe (‘Hidden Figures’) deleitan y conmueven, con roles claves dentro de la formación y crecimiento de Chiron, impecables en sus interpretaciones, alejándolos de los tópicos (que por cierto lo son) para significar verdaderos estados dentro del desarrollo de este hombre que creció lleno de miedos y envuelto en prejuicios.
‘Moonlight’ es una experiencia única, marcada por la sutileza y la elegancia de sus imágenes, musicalizada con sonidos que envuelven, merecida ganadora del Oscar a Mejor Película.


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