- Por Wladimyr Valdivia W.
- 03/02/2017

EE.UU., 2016, 135 min.
Título original: Manchester by the Sea.
Dirección: Kenneth Lonergan.
Guion: Kenneth Lonergan.
Elenco: Casey Affleck, Michelle Williams, Kyle Chandler, Lucas Hedges, Tate Donovan, Erica McDermott, Matthew Broderick, Gretchen Mol, Kara Hayward.
Kenneth Lonergan divide su tiempo entre sus dos pasiones, el cine y el teatro. Por eso es que su filmografía como director es tan escueta y tan sólo encontramos tres títulos: ‘You Can Count On Me’ (2000), ‘Margaret’ (2011) y ahora ‘Manchester by the Sea’, su obra cumbre. Y los Oscar no le son ajenos, ya que estuvo nominado como guionista el año 2000 por su ópera prima.
En su cine, reconocemos con facilidad un elemento en común en sus personajes principales: las cargas del pasado y la (in)capacidad para salir adelante. Una madre soltera huérfana (‘You Can Count On Me’), una estudiante causante de un accidente fatal (‘Margaret’), y ahora es Lee Chandler (Casey Affleck), un hombre que se gana la vida como conserje de un edificio en Boston y que ve obligado a volver a su ciudad natal tras la muerte de su hermano. Allí, debe hacerse cargo de Patrick (Lucas Hedges), su sobrino de 16 años, y enfrentar un pasado doloroso, el mismo que terminó por separarlo de Randi (Michele Williams), su ex esposa.
‘Manchester by the Sea’ es un drama con todas sus letras. La vida de Lee no ha sido fácil y así lo demuestra su poca empatía y sus problemas para relacionarse. Carga con una cruz que se nos es revelada a mitad del metraje y, con ello, descubrimos las razones de su comportamiento. Es el dolor de heridas que no sanan, es la culpa con las que a algunos les toca sobrevivir, es la imposibilidad de crear lazos. Lee escapa de las responsabilidades, vive al margen, es el miedo a fallar y de volver a cometer los mismos errores. Su relación con su sobrino es prueba de ello, donde su amor por él es incondicional, sin embargo, no es capaz de mantener una conversación, de darle estabilidad, de madurar junto a él.

La cinta lleva un ritmo excesivamente pausado, pero esto no es impedimento para que Lonergan nos entregue todo en un guión sólido y lacerante, con diálogos que se confunden entre la cotidianeidad, lo irrelevante del día a día, con trazos profundos que atraviesan la psicología de cada uno de sus personajes en pantalla. Con ello, la estructura de la narración se presenta en diversas líneas temporales expuestas a la vez, en un trabajo de montaje exquisito y que no alcanza a ensuciar el relato, sino a embellecerlo, entre flashbacks que nos posicionan en contexto del presente; virtud del director y su capacidad para definir personajes, situarlos y construirlos.
El trabajo de Casey Affleck supera cualquier expectativa, siendo capaz de contener a un hombre golpeado por la vida e incapaz de sacudir las heridas. Su capacidad para este tipo de roles parece innata y no por nada suele ser su costumbre (recordamos al policía Patrick Kenzie en ‘Gone Baby Gone’), siendo ‘Manchester by the Sea’ lo que puede ser su consagración junto a su nominación al Oscar. Además, tanto Lucas Hedges (‘The Zero Theorem’) como Michelle Williams (‘My Week With Marilyn’) también resultan perfectos para el papel, siendo esta última un verdadero eclipse cada vez que está en pantalla, a pesar de los escasos minutos, trabajo que le valió su cuarta nominación al Oscar.
‘Manchester by the Sea’ es una historia desgarradora sobre un corazón silencioso que no tiene cura y tampoco es capaz de sanar aunque quisiera. Porque existen, porque en la vida estas cosas pasan, y Kenneth Lonergan da cátedra sobre el dominio de las emociones de sus personajes; sobre el timing; sobre el uso de la cámara, contemplativa o determinada cuando corresponda; y Casey Affleck, justo cuando su vida no pasa por el mejor momento debido a serias acusaciones sexuales en su contra, se confirma como un monstruo de la pantalla grande.


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